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MICROBIOTA INTESTINAL

La microbiota es un conjunto de microorganismos vivos que habitan en todo nuestro cuerpo, excepto en la conjuntiva del ojo. A nivel intestinal, existe una mayor cantidad de microorganismos que en otros tejidos.
Al hablar de microbiota hablamos principalmente de bacterias, ya que estas son su componente mayoritario, aunque en proporción de mayor a menor también encontramos protozoos, arqueas, virus y fagos, y por último hongos y levaduras.
¿Cómo impacta el desequilibrio de la microbiota en el sistema inmunológico?
La microbiota se encuentra por todo el organismo. Sin embargo, como la mayor parte de bacterias están en el sistema digestivo, es donde solemos poner el foco. De hecho, se ha demostrado que las disbiosis intestinales afectan también a la alteración de la microbiota de otras localizaciones.
La microbiota ejerce un papel defensivo y modulador en nuestro sistema inmune, por lo que alteraciones en la microbiota pueden suponer también problemas inmunológicos. Nuestra barrera intestinal, la encargada de que microorganismos y tóxicos no pasen al torrente sanguíneo, es clave para mantener en óptimo estado el sistema inmune. Cuando esta barrera se encuentra dañada, se produce lo que conocemos como alteraciones de la permeabilidad intestinal, que fomentan la aparición de alergias, intolerancias, enfermedades autoinmunes e inmunosupresión, problemas de sueño, ánimo y hasta depresión.
A nivel intestinal, la disbiosis crónica afecta a la respuesta linfocitaria intestinal, dando lugar a un proceso microinflamatorio, facilitando la disfunción inmunológica y generando colitis microscópicas o enfermedad inflamatoria intestinal.
¿Tiene relación con la nutrición?
Lo que comemos, será no sólo nuestro alimento, sino también el de nuestra microbiota, por lo que su crecimiento y las cepas que la componen dependen de los nutrientes que ingerimos.
Por un lado, la lactancia materna favorece la adquisición de una microbiota saludable y, por otro lado, en la niñez es primordial una alimentación variada, equilibrada y completa durante el primer año de vida y de los 3 a los 5 años de edad, ya que es ese periodo en el que se adquiere una microbiota madura, completa y saludable. En la vida adulta es esencial la variedad de alimentos y aumentar la ingesta de fibra.
Siguiendo estas pautas, podemos evitar que se genere disbiosis, proceso de desequilibrio cualitativo y cuantitativo de la microbiota.
Si tenemos síntomas de distensión intestinal, dolor abdominal recurrente, flatulencias frecuentes, diarrea frecuente, estreñimiento o alternancia de periodos de ambas, lo aconsejable es acudir a un especialista en Nutrición y experto en la alteración de la microbiota para poder llegar a un diagnóstico preciso e instaurar una dieta adaptada a nuestro caso en concreto.
Dieta recomendada para cuidar la microbiota intestinal
La principal recomendación para mantener un equilibrio en la microbiota intestinal es aumentar la ingesta de verduras, hongos y tubérculos. Además, es importante cocinar y dejar enfriar los carbohidratos como el arroz o papas para favorecer la creación de almidón resistente, un prebiótico aliado de la salud intestinal.
Por otro lado, se debe priorizar el consumo de grasas ricas en ácidos Omega 3, abandonar el consumo de procesados y de harinas y azúcares refinados.

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